La policía que investiga un tiroteo en una iglesia de Alabama que inicialmente mató a dos personas e hirió a otra dijo el viernes por la tarde que la tercera víctima había muerto.
El departamento de policía de Vestavia Hills identificó a la víctima en una publicación en Facebook como una mujer blanca de 84 años que murió en un hospital. No revelaron su identidad.
Anunciaron más temprano en el día que el tirador era un hombre de 71 años que ocasionalmente asistía a los servicios.
El capitán de la policía Shane Ware no identificó al sospechoso, quien fue detenido después del tiroteo el jueves por la noche en la iglesia episcopal de San Esteban en el suburbio de Vestavia Hills en Birmingham. Ware dijo que los fiscales estaban preparando órdenes para acusarlo de asesinato capital.
Ware dijo que el hombre sacó un arma y abrió fuego durante una cena a la que asistieron otros miembros de la iglesia. Mató a un hombre de 84 años y a una mujer de 75 años, y dejó a otra mujer herida, antes de que una persona en la habitación sujetara al pistolero y lo retuviera hasta que llegara la policía.
La reverenda Rebecca Bridges, rectora asociada de la iglesia, dirigió un servicio de oración en línea en la página de Facebook de la iglesia el viernes por la mañana. Ella oró no solo por las víctimas y los miembros de la iglesia que presenciaron el tiroteo, sino también “por la persona que perpetró el tiroteo”.
“Oramos para que trabajes en el corazón de esa persona”, dijo Bridges. “Y oramos para que nos ayudes a perdonar”.
Bridges, quien se encuentra actualmente en Londres, aludió a otros tiroteos masivos recientes mientras rezaba para que los funcionarios electos en Washington y Alabama “vean lo que ha sucedido en St Stephens y Uvalde y Buffalo y en tantos otros lugares y sus corazones cambien, se abran las mentes.
“Y que nuestra cultura cambiará y que nuestras leyes cambiarán de manera que nos protejan a todos”, agregó.
Ha habido varios tiroteos de alto perfil en mayo y junio, comenzando con un ataque racista el 14 de mayo que mató a 10 personas negras en un supermercado en Buffalo, Nueva York.
La semana siguiente, un hombre armado mató a 19 niños y dos maestros en una escuela primaria en Uvalde, Texas.
El tiroteo del jueves ocurrió poco más de un mes después de que una persona muriera y cinco resultaran heridas cuandoun hombre abrió fuego contra feligreses taiwaneses en una iglesia en el sur de California.
Se produce casi siete años después de que un supremacista blanco declarado matara a nueve personas durante un estudio bíblico en la iglesia Emanuel AME en Charleston, Carolina del Sur.
Agentes del FBI, el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos y la Oficina de Alcohol, Armas de Fuego, Tabaco y Explosivos se unieron a los investigadores en la escena, que permaneció acordonada el viernes con cinta policial amarilla y vehículos policiales con luces intermitentes que bloqueaban la ruta a la iglesia.
La gente se acurrucó y oró cerca en las horas posteriores al tiroteo.
“Es impactante. Saint Stephen’s es una comunidad construida sobre el amor, las oraciones y la gracia y se van a unir”, dijo el reverendo Kelley Hudlow, sacerdote episcopal de la Diócesis de Alabama, al medio de transmisión WBRC. “Personas de todas las religiones se están reuniendo para orar con la esperanza de curación”.
Dijo que los mensajes de apoyo estaban llegando de todo Estados Unidos y el mundo. “Necesitamos a todos por ahí. Oren, piensen, mediten y envíen amor a esta comunidad porque vamos a necesitar todo”, dijo.
Ware dijo el jueves por la noche: “Por lo que hemos recopilado de las circunstancias de esta noche, un sospechoso solitario entró en una pequeña reunión de un grupo de la iglesia y comenzó a disparar”.
El sitio web de la iglesia enumeró un “Boomers Potluck” para el jueves por la noche. “No habrá programa, simplemente come y ten tiempo para el compañerismo”, decía el volante.
